lunes, 27 de mayo de 2013

SOBRE CAROL GUZY Y SU PULITZER OBTENIDO EN 2011.

Carol Guzy es una fotógrafa norteamericana nacida en Pennsylvania en 1956. Ha sido 4 veces ganadora del Premio Pulitzer. Su primera vez fue en 1986 gracias a una foto tomada durante el desastre ocurrido en Armero, Colombia  donde muestra a Omaira, una niña de 13 años de edad, que queda atrapada y con su cuerpo cubierto hasta la altura del cuello por agua y lodo. Su segundo Pulitzer fue obtenido en 1995 con un trabajo que muestra la crisis que se vivía en ese momento en Haití. Su tercer Pulitzer lo gana en el año 2000 con unas imágenes íntimas y conmovedoras que describen la situación de los kosovares refugiados. En el año 2011 gana su cuarto Pulitzer con una fotografía llamada “Life amid the ruins” (“La vida en ruinas”). La cual es una fotografía capturada después del terremoto de Haití ocurrido el 12 de enero de 2010.

“La vida en ruinas” Carol Guzy, 2010
Los efectos causados por el terremoto sobre este país, el más pobre de América Latina, fueron devastadores. Los cuerpos recuperados al 25 de enero de 2010 superaban los 150.000, calculándose así que el número de muertos excedería los 200.000. Los datos definitivos de los afectados fue dada a conocer por el primer ministro Jean-Max Bellerive en el primer aniversario del sismo, el 12 de enero de 2011, conociéndose que en el sismo fallecieron 316.000 personas, 350.000 más quedaron heridas, y más de 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar, con lo cual, es una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia.
En la fotografía Guzy, “La vida en ruinas” vemos un hombre y una mujer que caminan tomados de sus manos en medio de los escombros, las ruinas y la basura, además, de algunas llamas que quedan en el lugar después del desastre natural. La destrucción predomina en la fotografía. Por otro lado, llama la atención la vestimenta que llevan los protagonistas de la foto, es decir, sus ropas no dan muestra de que hayan sido afectados por la tragedia de igual manera no se observan heridas ni secuelas por el incidente.
Respecto al nivel compositivo hay diferentes elementos interesantes para analizar, primeramente Guzy utilizó perfectamente la “ley de tercios”, ubicando a los protagonistas de su fotografía en los puntos de interés del lado izquierdo de la misma. En segundo lugar, el plano empleado resulta eficaz en la medida que presenta una buena cantidad de información y permite hacer diversas conjeturas sobre lo que se plasma en la imagen, es un plano donde se muestran los personajes de cuerpo entero ubicados de espalda a la cámara, es decir, en escorzo. En tercer lugar, la luz juega un papel fundamental en la fotografía. Se observa que el lado izquierdo donde caminan los personajes se torna más iluminado, mas naranjado por decirlo de alguna manera, mientras que al lado derecho de la fotografía la luz se torna más opaca por varios motivos: hay más sombra, el humo de las llamas oscurece esa parte de la fotografía y “bloquea” los rayos del sol impidiendo que lleguen con tanta fuerza. Respecto al sol, se podría pensar que es una fotografía capturada al amanecer pues el sol se alza atrás de las ruinas de los edificios que aún quedan en pie, aunque no se descarta la posibilidad que sea un atardecer y sea la caída del sol.
Técnicamente hablando la fotografía pudo haber sido obtenida con un diafragma un poco cerrado, posiblemente entre 8 y 16, con una velocidad de obturación, quizás, entre 60 y 250. Los colores, la luz y las sombras están bien equilibrados. La fotografía es muy bien pensada y estructurada, donde el fotógrafo capturo lo que Henri Cartier-Bresson llamaba el “instante decisivo”, es decir, la posición del sol, la posición de los personajes, las llamas, el humo, y los demás elementos compositivos hacen que esta fotografía sea un claro ejemplo del momento decisivo. La selección del plano y los contrastes de la foto le dan una carga semántica muy importante.

A esta fotografía se le pueden hacer muchas preguntas, preguntas que quizás no tengan una respuesta clara, pero que de igual forma resulta  interesantes. Algunas preguntas podrían ser: ¿Quiénes son los personajes que aparecen en la fotografía? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Cómo vivieron el terremoto? En fin, sería posible realizarle diversas preguntas que cargan la imagen de significados y curiosidades. Personalmente, creo que fotografía tiene una carga semántica muy interesante: los personajes caminando de la mano, me hacen pensar inmediatamente en “la mano” que le extendió el mundo a Haití después de la catástrofe, la ayuda que brindaron muchos países y organismos internacionales en ese momento. Los 2 personajes caminando hacia la luz, me dan la sensación de esperanza, de que no todo se ha perdido, que aún es posible volver a vivir, que el amor y el construir el futuro paso a paso hacen un mejor mañana.
Finalmente, se  podría presumir que Carol Guzy capturó esta fotografía estando en pie y con un ángulo “natural” y que de allí se desprendan todos los elementos interesantes e importantes sobre los que hemos hablando anteriormente. La fotografía me parece interesante porque a pesar que es un trabajo de reportaría sobre un desastre, la muerte no predomina en la imagen, sino que se ve todo lo contrario: la vida, la esperanza, las ganas de vivir y creo fielmente que esos son los elementos que realmente hay que intentar encontrar en una catástrofe natural, y sobre todo en una de esta magnitud donde hubo más de 360.000 víctimas mortales, pues la muerte, la sangre, la destrucción y demás elementos característicos de estas situaciones están en todos lados, pero lograr capturar algo como lo que logró Guzy da prueba de su excelente capacidad de ver las situaciones desde otros puntos de vista, cabe aclarar que  esto no le resta objetividad ni importancia a la fotografía. Creo que sucede todo lo contrario, pues la fotografía tiene un equilibrio entre la anhelada objetividad, buscada siempre en la reportaría gráfica,  y en la visión del fotógrafo.

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