En el filme Suite Habana
sobran las palabras. Su realizador, Fernando Pérez, logra que el espectador
quede impactado por la realidad cotidiana que le rodea. A través de la imagen y
el ruido urbano, pero sin diálogos, Suite Habana es el retrato de la vida de
cualquier habanero. Ese, al que se le está cayendo la casa; el médico que sale
del trabajo en bicicleta porque no tiene asegurado el transporte y además,
trabaja como payaso en cumpleaños infantiles los fines de semana.
El poder de la imagen
alcanza su máxima expresión en Suite Habana, donde la vida de Ofelia, una
anciana jubilada de 70 años, nos hace recapacitar en la desesperanza y la lucha
por la subsistencia diaria que envuelve la vida de la mayoría de los cubanos de
la tercera edad. Escoger y tostar maní hasta la madrugada y durante el día
permanecer horas caminando o detenida en el Paseo del Prado ofreciendo sus
cucuruchos de maní, se convierte en la única razón para vivir de Ofelia, esa
anciana que lleva en la mirada la estirpe de la nostalgia por tiempos mejores.
El joven bailarín cuyos días
más amargos son los lluviosos parece contemplar su realidad con debida
resignación. Mientras llueve, se recuesta a la puerta para observar el
aguacero. Sabe que esta situación es el preludio para que él y su madre vacíen
las palanganas desbordadas y con la escoba y el trapeador boten el agua hacia
el patio central de la casa. La realidad de que después que escampa llueve más
adentro que afuera forma parte de la vida de este joven cuya aspiración
consiste en ser un gran bailarín y poder reparar algún día su casa.
Para Francisquito, un niño
Síndrome de Down, la vida transcurre bajo el amor y el cuidado de sus abuelos y
su papá, quien abandonó su profesión de arquitecto para dedicarle más tiempo.
Su madre falleció cuando él tenía 3 años y su padre se esmera en que el plato
de arroz con frijoles no le falte a diario.
Para el lavandero del
Hospital La Covadonga, de 33 años, la vida nocturna es mucho más atrayente.
Unos tacones de casi 15 centímetros de alto, un vestido plateado y una peluca,
se convierten en los atuendos que quizás le propicien algún día hacer realidad
su sueño: cantar en un club. Esa es su meta.
El filme Suite Habana ha sido
calificado por la crítica especializada como "uno de los mejores filmes de
la década y de la historia del ICAIC".
Dirección: Fernando Pérez
Producción: Magalys González
Asistente de Dirección:
Gloria Maria Cossío
Edición: Julia Yip
Director de Fotografía: Raúl
Pérez Ureta
Banda Sonora: Edesio
Alejandro
Duracion: 90 minutos
Reparto: No hay actores
profesionales en el filme.
Link película: http://www.youtube.com/watch?v=EZiKm8Lb_EQ
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