Carol Guzy es una fotógrafa
norteamericana nacida en Pennsylvania en 1956. Ha sido 4 veces ganadora del Premio
Pulitzer. Su primera vez fue en 1986 gracias a una foto tomada durante el desastre
ocurrido en Armero, Colombia donde
muestra a Omaira, una niña de 13 años de edad, que queda atrapada y con su
cuerpo cubierto hasta la altura del cuello por agua y lodo. Su segundo Pulitzer
fue obtenido en 1995 con un trabajo que muestra la crisis que se vivía en ese
momento en Haití. Su tercer Pulitzer lo gana en el año 2000 con unas imágenes
íntimas y conmovedoras que describen la situación de los kosovares refugiados. En
el año 2011 gana su cuarto Pulitzer con una fotografía llamada “Life amid the
ruins” (“La vida en ruinas”). La cual es una fotografía capturada después del
terremoto de Haití ocurrido el 12 de enero de 2010.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0jB8h0R0j8hVRzZixdy7aIrx8hoydDEmi7ZkPBCW-jiTXPOv07egi-O3CrI-39mHXQhjDQuNH8mm1XC7ffGVMJoI1X45qw_I8TZKSiZjmmZKz3f6-xqxz3gyf0_4NYE_dVDx2STG6YuI4/s320/CAROL+GUZY+-+LIFE+AMID+THE+RUINS.jpg) |
“La vida en ruinas” Carol
Guzy, 2010
|
Los efectos causados por el
terremoto sobre este país, el más pobre de América Latina, fueron devastadores.
Los cuerpos recuperados al 25 de enero de 2010 superaban los 150.000,
calculándose así que el número de muertos excedería los 200.000. Los datos
definitivos de los afectados fue dada a conocer por el primer ministro Jean-Max
Bellerive en el primer aniversario del sismo, el 12 de enero de 2011,
conociéndose que en el sismo fallecieron 316.000 personas, 350.000 más quedaron
heridas, y más de 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar, con lo cual,
es una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia.
En la fotografía Guzy, “La
vida en ruinas” vemos un hombre y una mujer que caminan tomados de sus manos en
medio de los escombros, las ruinas y la basura, además, de algunas llamas que
quedan en el lugar después del desastre natural. La destrucción predomina en la
fotografía. Por otro lado, llama la atención la vestimenta que llevan los
protagonistas de la foto, es decir, sus ropas no dan muestra de que hayan sido
afectados por la tragedia de igual manera no se observan heridas ni secuelas
por el incidente.
Respecto al nivel
compositivo hay diferentes elementos interesantes para analizar, primeramente
Guzy utilizó perfectamente la “ley de tercios”, ubicando a los protagonistas de
su fotografía en los puntos de interés del lado izquierdo de la misma. En segundo
lugar, el plano empleado resulta eficaz en la medida que presenta una buena
cantidad de información y permite hacer diversas conjeturas sobre lo que se
plasma en la imagen, es un plano donde se muestran los personajes de cuerpo
entero ubicados de espalda a la cámara, es decir, en escorzo. En tercer lugar,
la luz juega un papel fundamental en la fotografía. Se observa que el lado
izquierdo donde caminan los personajes se torna más iluminado, mas naranjado
por decirlo de alguna manera, mientras que al lado derecho de la fotografía la
luz se torna más opaca por varios motivos: hay más sombra, el humo de las
llamas oscurece esa parte de la fotografía y “bloquea” los rayos del sol
impidiendo que lleguen con tanta fuerza. Respecto al sol, se podría pensar que
es una fotografía capturada al amanecer pues el sol se alza atrás de las ruinas
de los edificios que aún quedan en pie, aunque no se descarta la posibilidad
que sea un atardecer y sea la caída del sol.
Técnicamente hablando la
fotografía pudo haber sido obtenida con un diafragma un poco cerrado,
posiblemente entre 8 y 16, con una velocidad de obturación, quizás, entre 60 y
250. Los colores, la luz y las sombras están bien equilibrados. La fotografía es
muy bien pensada y estructurada, donde el fotógrafo capturo lo que Henri
Cartier-Bresson llamaba el “instante decisivo”, es decir, la posición del sol,
la posición de los personajes, las llamas, el humo, y los demás elementos
compositivos hacen que esta fotografía sea un claro ejemplo del momento
decisivo. La selección del plano y los contrastes de la foto le dan una carga
semántica muy importante.
A esta fotografía se le
pueden hacer muchas preguntas, preguntas que quizás no tengan una respuesta
clara, pero que de igual forma resulta interesantes. Algunas preguntas podrían ser:
¿Quiénes son los personajes que aparecen en la fotografía? ¿De dónde vienen? ¿A
dónde van? ¿Cómo vivieron el terremoto? En fin, sería posible realizarle
diversas preguntas que cargan la imagen de significados y curiosidades. Personalmente,
creo que fotografía tiene una carga semántica muy interesante: los personajes
caminando de la mano, me hacen pensar inmediatamente en “la mano” que le
extendió el mundo a Haití después de la catástrofe, la ayuda que brindaron
muchos países y organismos internacionales en ese momento. Los 2 personajes
caminando hacia la luz, me dan la sensación de esperanza, de que no todo se ha
perdido, que aún es posible volver a vivir, que el amor y el construir el
futuro paso a paso hacen un mejor mañana.
Finalmente, se podría presumir que Carol Guzy capturó esta
fotografía estando en pie y con un ángulo “natural” y que de allí se desprendan
todos los elementos interesantes e importantes sobre los que hemos hablando anteriormente.
La fotografía me parece interesante porque a pesar que es un trabajo de
reportaría sobre un desastre, la muerte no predomina en la imagen, sino que se
ve todo lo contrario: la vida, la esperanza, las ganas de vivir y creo
fielmente que esos son los elementos que realmente hay que intentar encontrar
en una catástrofe natural, y sobre todo en una de esta magnitud donde hubo más
de 360.000 víctimas mortales, pues la muerte, la sangre, la destrucción y demás
elementos característicos de estas situaciones están en todos lados, pero
lograr capturar algo como lo que logró Guzy da prueba de su excelente capacidad
de ver las situaciones desde otros puntos de vista, cabe aclarar que esto no le resta objetividad ni importancia a
la fotografía. Creo que sucede todo lo contrario, pues la fotografía tiene un
equilibrio entre la anhelada objetividad, buscada siempre en la reportaría
gráfica, y en la visión del fotógrafo.