lunes, 27 de mayo de 2013

¿Y EN MANOS DE QUIEN ESTÁ LA SALUD DE LOS COLOMBIANOS?


Tomado de: http://gestiocriticos.files.wordpress.com/2010/02/20978_104711742889148_100000509695897_127708_4862976_n1.jpg
Colombia, el “país del sagrado corazón” a pesar de tener a la madre Laura Montoya como su primera santa, sigue sin ser un país que cumpla a cabalidad “los mandamientos”, elementos sobre los que se fundamenta la religión católica, pues la muerte, el robo, las mentiras y la avaricia continúan gobernando los territorios del país. Lo paradójico del asunto es que estos “pecados” han permeado las diferentes instituciones y ramas encargadas de llevar las riendas del país, que supuestamente son las que deben encaminarnos por el camino del progreso y del desarrollo en todos los ámbitos de la sociedad.

Por estos días la crisis de la salud en Colombia ha sido un tema muy tratado por el “cuarto poder”, por tanto, diarios, noticieros y revistas se han encargado de “mostrarnos” la situación crítica que se vive en estos momentos. Por otro lado, personalidades como el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro  han calificado la salud del país, no como un derecho fundamental, sino como una mercancía donde literalmente mueren cientos de colombianos y colombianas para que los propietarios de las EPS y las IPS puedan continuar enriqueciéndose.
Como pretender camuflar la culpabilidad de la ley 100 de 1993 en esta crisis. Ley que se encuentra “muy bien estructurada”, con cerca de 289 artículos, con más de 100 parágrafos y con diversos capítulos a través de sus páginas, páginas que solo se encuentran cubiertas de facilidades para que se abuse de la ciudadanía. La ley 100 fracasó y la salud en Colombia va en caída libre y a punto de tocar fondo.

El pasado 2 de mayo el vicepresidente de la República, Angelino Garzón, hizo fuertes críticas acerca de las muertes de varios menores que se presentaron a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, al parecer por negligencia médica. Garzón dijo que: “La falta de atención médica oportuna se convierte en maltrato físico al dejar que su estado de salud empeore, y en maltrato psicológico para sus padres al no brindarles la información necesaria para saber si el estado de salud va a mejorar”
Cabe recordar pues que el derecho a la salud no es solo un derecho consignado en la Constitución Política de Colombia, si no que se convierte en un derecho internacional avalado y respaldado por la UNICEF. Si el futuro se construye con y desde nuestros niños, el futuro de Colombia se encuentra cubierto de una espesa neblina que no nos deja ver que pasará en los tiempos venideros.

La crisis de la salud en Colombia se ha estado extendiendo a una velocidad similar a la pandemia mundial de la gripe A (H1N1) de los años 2009 y 2010. Ahora el caos ha tocado las puertas de las instituciones penitenciarias. Las EPS encargadas de prestar los servicios de salud en las cárceles han fracaso en el intento de llevar bienestar a estos lugares y por su parte el servicio prestado solo ha acabado con vidas en vez de salvaras, ni médicos, ni medicamentos se vislumbran por los pasillos de los 142 penales y cárceles del país. Con más de 1300 tutelas impuestas y falladas los presos intentan hacer cumplir sus derechos, pues ni las quejas de sus familias ni de la Defensoría del Pueblo han sido suficientes para dar solución a estos inconvenientes.
Ahora se nos viene encima la reforma a la salud del Gobierno Santos, que no es que pinte muy bien que digamos, pues personalidades como el  ministro Alejandro Gaviria creen que: "En Colombia no hay una crisis de salud pública ni tampoco hay una crisis de prestación de servicios (…) Existe, sí, una crisis financiera…”.

Después de aseveraciones de esta índole solo puedo sugerirle al gobierno una cita urgente con el oftalmólogo para que “vean” la realidad del asunto, pero eso se va a demorar porque pedir citas en las EPS está siendo igual de complicado a la construcción de la Muralla China. Gaviria  también asegura que los recursos de las EPS no alcanzan, para cubrir las necesidades la población, pero curiosamente mantiene un régimen que le quita a la salud sumas enormes con las ganancias de las EPS y las aseguradoras, porque estas cobran por la administración de los recursos y, además, hacen grandes utilidades echándose al bolsillo los recursos públicos que deberían gastarse en la salud de la gente.

Otro de los puntos que preocupan de esto es la idea del gobierno Santos de eliminar las tutelas en la salud, el único mecanismo por el cual cientos de ciudadanos y ciudadanos han podido acceder a este derecho


 La reforma ya da sus primeros pasos y ha entrado en funcionamiento la EPS-mixta Savia Salud, ya solo queda esperar que logre menguar un poco el caos que se vive en el sector de la salud y que esta reforma si sea una posible solución al problema, y no un factor generador de mas irregularidades en el interior de las EPS e IPS colombianas. Solo queda la esperanza, y como lo dijo Khalil Gibran: “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.” Ojala que en Colombia el sol pueda volver a brillar rapidito, aunque ya van más de 20 años de tormenta y nada que escampa…

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